El tartán escocés es uno de los tejidos más característicos y famosos del mundo. En este artículo te llevo conmigo en un paseo histórico por sus orígenes, su historia, sus curiosidades y los falsos mitos que rodean tanto a esta tela como a la prenda de ropa que más habitualmente se confecciona con ella: el kilt.
EL TARTÁN ESCOCÉS: HISTORIA, CURIOSIDADES Y MITOS
1. Diferencia entre tartán, plaid y kilt
En muchas ocasiones los conceptos de tartán escocés, kilt y plaid se confunden entre sí. Sin embargo, es muy sencillo diferenciarlos y distinguir qué es cada cosa:
El tartán escocés es el tejido, generalmente de lana, con el que se fabrican determinadas prendas de ropa, como es el caso, precisamente, del kilt, el plaid y, a veces, del earasaid. Es un tejido que puede tener o no patrones de cuadros de colores o sett. ¡Sigue siendo tartán los tenga o no!
El plaid es una prenda de ropa que se confecciona, generalmente, con tejido de tartán y que, en gaélico escocés, significa «manta». Es una de las prendas más antiguas que se podían hacer, aunque no necesariamente, con tartán. Plaid definía cualquier pieza de ropa rectangular con la que cubrirse, particularmente el llamado belted plaid, breacan o great kilt o incluso el earasaid femenino, que eran las prendas más habituales del Highland Dress durante los siglos XVI, XVII y XVIII, y que darían origen al kilt moderno. Con el tiempo, plaid ha quedado como un término para designar mantas fabricadas de tela de tartán o, simplemente, la propia tela.


El kilt es, por tanto, una prenda de ropa masculina que se fabrica con tejido de tartán. El kilt moderno que conocemos hoy es una versión reducida del que se vestía en las Tierras Altas en el siglo XVI, que era conocido como great kilt o belted plaid y que cubría todo el cuerpo. El kilt moderno data de mediados del siglo XVIII y es, básicamente, la parte de abajo del antiguo great kilt antes mencionado.


En resumen y, aunque los significados se han mezclado y desvirtuado con el tiempo, el tartán escocés es el tejido, y el plaid y el kilt son las prendas de ropa con la que está fabricado.
2. Verdades y mentiras sobre el tartán escocés
Originalmente, el tartán escocés no necesitaba tener ni patrones de cuadros ni colores específicos de ningún tipo para llamarse así. De hecho, hasta su reinvención en el siglo XIX, se definía el tartán como un tejido de lana sin patrones característicos y de colores muy sencillos, puesto que se teñía con colorantes naturales que le daban tonos más apagados que los tintes químicos actuales. Al tejido típico de las Tierras Altas y de la cultura gaélica, que sí tenía patrones de cuadros de colores, se lo conocía más bien con el nombre de breacan («colorido» en gaélico), aunque quizás la prenda más popular en esta zona hasta el siglo XV era el leine croich, una túnica ligera de lino teñida con azafrán que era común con los irlandeses.
Es muy importante la idea de que el tartán escocés original no tenía diseños ni colores específicos para cada clan, puesto que este es uno de los mayores mitos que rodean a tanto a este tejido como al kilt, su prenda más famosa. Otro mito o falsa concepción acerca de estos diseños es que los tartanes rojos estaban reservados para la batalla: tan solo en tiempos muy recientes se ha adjudicado simbolismo a los colores de los tartanes, algo que ha ocurrido sobre todo entre los descendientes americanos de emigrantes escoceses.
Fue la fusión de estos dos conceptos la que, con el tiempo, daría a luz la idea de tartán escocés que tenemos hoy en día: un determinado tipo de tejido, que suele ser lana, con unos tipos concretos de patrones de cuadros de colores llamados sett. Actualmente, de hecho, la mayoría de la gente, cuando recrea la imagen de un tartán, piensa más en el patrón o sett, que en el tipo de tejido de lana propiamente dicho.
3. Los orígenes del tartán escocés
Aunque solemos asociar el tartán únicamente con Escocia, en sus orígenes este tejido era propio de todos los pueblos celtas desde tiempos inmemoriales. En Centroeuropa, concretamente en Hallstatt, se han hallado prendas elaboradas con tartán, conservadas de forma casi milagrosa, que datan de alrededor del siglo VII a. C. (Edad del Hierro). También han aparecido ropajes similares en otros lugares del mundo.
El tejido de tartán más antiguo documentado en Gran Bretaña data del siglo III de nuestra era y es conocido como el «Tartán de Falkirk«, puesto que se halló en esta localidad cercana a Stirling, en Escocia, cerca del Muro de Antonino, dentro de una olla de loza que contenía casi dos mil monedas romanas. Se trata de apenas un fragmento de tela de lana, de colores y diseño muy sencillos, como sería natural en la época. Suponemos que esta clase de tartán era el tejido con el que se vestían los habitantes de las zonas más norteñas de la Britania romana y, seguramente, los de las zonas aún más septentrionales que no estaban bajo su control.



Ese habría sido el tartán escocés que se habría vestido en lo que hoy es Escocia durante toda la Edad Media: un tejido de lana muy sencillo, de colores naturales, sin patrones fijos ni diseños exclusivos de clan, y con el que se habrían confeccionado prendas de diferentes tipos que aún estaban muy lejos de parecerse a un kilt moderno.
4. El tartán escocés moderno y el kilt
Así pues, el tejido de tartán escocés moderno, tal y como lo conocemos hoy en día, data tan solo de finales del siglo XVI cuando, al fin, comenzamos a encontrar referencias a patrones de cuadros y franjas de colores, aunque aún no eran diseños fijos que sirviesen para identificar a cada clan o región de Escocia. En realidad, no solo cada persona vestía sin más los colores de su preferencia, sino que era habitual que los highlanders tuvieran ropa hecha con diferentes estilos y diseños de tartán para disponer de más variedad. Es también entonces cuando comienza a popularizarse el great kilt o belted plaid, la primera versión de lo que luego sería el kilt moderno.
Los primeros en adoptar un diseño estandarizado de tartán escocés fueron, en realidad, y tan solo a partir de mediados del siglo XVIII, los regimientos militares. No sería sino hasta finales del siglo XVIII o comienzos del XIX, con el fin de la prohibición de vestir prendas hechas con tartán (impuesta con la Dress Act de 1746 a raíz de la derrota jacobita de Culloden y de la que estaban excluidos los regimientos británicos), cuando los distintos clanes escoceses empiezan a asociarse con un patrón específico para confeccionar sus vestimentas. Patrones que, es importante señalar, eran escogidos en base a simples preferencias, puesto que no existía ninguna tradición que asociara determinados diseños con cada clan.
Por tanto, la creencia popular, alimentada por libros, guías de viaje y panfletos turísticos mal documentados, de que cada clan escocés tiene un diseño de tartán asociado desde el albor de los tiempos es, sencillamente, falsa y uno de los mitos más grandes que rodean a la cultura y a la historia de Escocia.
5. El revival folklórico del siglo XIX y la reinvención del tartán
Es el tejido de tartán escocés lo que es muy antiguo, pero no así sus diseños, cuyos primeros ejemplos datan apenas de los siglos XVI y XVII, diseños estos que no estuvieron asociados jamás a ningún clan hasta el revival folklórico del siglo XIX. Y es que en la primera mitad de esta centuria se puso de moda, gracias a obras como las de Sir Walter Scott, una imagen idealizada del highlander y de sus tradiciones asociadas. Así, el tartán escocés pasó de haber estado prohibido hasta finales del siglo XVIII, a desatar las pasiones de las clases medias británicas e, incluso, de la alta sociedad.


Cuando, en 1822, el rey Jorge IV visitó Escocia y se vistió con kilt y tartán escocés, todos se volvieron locos por imitarle y, así, el antiguamente denostado Highland Dress se convirtió en la prenda nacional escocesa. Tras casi doscientos años sin recibir la atención de un monarca, tras el sufrimiento desencadenado por los levantamientos jacobitas y tras las medidas tomadas desde el gobierno, desde la Unión de Coronas y la de Naciones, para acabar con la cultura tradicional de las Tierras Altas, solo hizo falta que un rey se retratase vestido con kilt y tartán para hacer borrón y cuenta nueva y convertir a los highlanders en los nuevos héroes de las novelas de aventuras juveniles.
Si estás interesado en la historia de Escocia, ya habrás notado que hay muy pocas publicaciones sobre el tema en nuestro idioma. En este blog puedes encontrar muchísimos artículos históricos pero, si quieres ampliar tus conocimientos y, sobre todo, tener una visión global de la historia escocesa de forma rigurosa, amena y divertida, tal vez te interese «Breve Historia de Escocia», el libro que publiqué en la Navidad de 2021, ¡y el primero en español sobre este tema! Puedes adquirirlo aquí en formato físico o Kindle y en Kindle Unlimited.
También se inventaron entonces tradiciones que no existían para vender toneladas de tartán en todo Reino Unido.
Durante las décadas de 1830 y 1840 vieron la luz obras como The Scottish Gael, The Costume of the Clans y Vestiarium Scoticum, que falseaban la historia del tartan escocés y que dejaron en el imaginario popular mitos y mentiras sobre sus diseños que han llegado hasta el día de hoy. Quizás los mayores culplables de todo esto sean los hermanos John Sobieski y Charles Allen Hay, que aterrizaron en Escocia en 1822 proclamando a los cuatro vientos que eran Sobieski Stuarts y nietos de Bonnie Prince Charlie, el último pretendiente Estuardo que intentó reclamar el trono y que había sido derrotado en Culloden en 1746. En 1842, estos hermanos publicaron el Vestiarium Scoticum, una recopilación de diseños de tartán escocés asociados a clanes que los Sobieski aseguraban haber copiado de un antiquísimo manuscrito que, curiosamente, jamás fueron capaces de mostrar al público. Quizás porque no existía.
No obstante, cuando la bola del engaño empezó a rodar, el tartán escocés se empezó a vender como si fueran caramelos a la puerta de un colegio y, cuando hasta la reina Victoria se declaró enamorada de Escocia y de sus tradiciones, ya no hubo marcha atrás: todos querían tener un kilt de tartán escocés hecho con el diseño «ancestral» de su clan favorito.
Mientras tanto, decenas de miles de familias de las Tierras Altas, highlanders de verdad que llevaban sufriendo durante generaciones las medidas coercitivas de los distintos reyes y gobiernos, eran expulsados de sus tierras, con el objeto de introducir ganadería extensiva, en los crueles procesos conocidos como Clearances, que convirtieron las Highlands en el lugar deshabitado que es hoy. La sociedad británica prefirió los brillantes destellos del engaño y de la literatura juvenil a la realidad del sufrimiento de unas gentes que, en muchos casos, tuvieron que marcharse de Escocia.
Poco a poco, los propios jefes y miembros de los diferentes clanes escoceses adoptaron aquellos diseños como suyos y, hoy en día, aunque inventados y modernos, ya forman también parte de su tradición y los patrones de tartán escocés asociados a cada clan u ocasión se han convertido en un aspecto más de la cultura escocesa.

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Maravilloso artículo. Como por otra parte es habitual. Gracias Ana. Es un placer leerte y una delicia seguirte. Saludos.
Hola Carlos!! 😀
Cuánto me alegro de que te haya gustado! Muchas gracias! Un besote enorme 😘😘